Alquilar un piso a estudiantes es una fórmula tradicional en las ciudades universitarias. El contrato puede formalizarse de varias formas, cada una con sus ventajas y desventajas. La opción más frecuente es la de alquilar el inmueble por habitaciones o utilizar la modalidad de piso compartido entre varios estudiantes. También alquilarlo fuera de la ciudad, es una opción que abarata los costes.
Habitaciones
El alquiler temporal a estudiantes puede realizarse por habitaciones, en el que el propietario debe firmar un contrato por cada uno de los habitantes de la casa. En él, deben hacerse constar los datos de los involucrados, la descripción precisa del inmueble y sus bienes, las condiciones económicas y las cláusulas de derechos y deberes. Generalmente, el arrendador tiene derecho a entrar al domicilio, si es necesario, para comprobar el estado del inmueble.
Alquiler compartido
En este tipo de contrato, el dueño del inmueble debe hacer constar los datos de los involucrados, la vivienda, los bienes que en ella se encuentran, la fianza, el alquiler y el depósito en caso de haber. Es conveniente solicitar el aval de los padres o tutores de los estudiantes. Este tipo de alquiler suele implicar que si uno de los inquilinos incumple con el pago, los otros deben hacerse responsables en su nombre.
Disposición
Una de las ventajas de este tipo de alquiler es que el dueño puede disponer de su casa con mayor facilidad debido a que el contrato es temporal y de corto plazo. Por otra parte, el impago no es frecuente, ya que en la mayoría de los casos son los padres los encargados de pagar las mensualidades de sus hijos.
Tanto si eres arrendador como arrendatario, te conviene que todas las condiciones pactadas queden reflejadas por escrito. En caso de conflicto de intereses, este se resolverá según lo que indique el contrato y sus cláusulas. También es aconsejable reflejar el fin del periodo de alquiler por escrito.