Por lo general, las paredes de nuestras casas están sometidas a una sobreexposición al ambiente y todos los agentes externos que puedan existir en un hogar. La luz, la suciedad, los niños e inclusive la humedad son elementos que pueden hacer añicos la estética de nuestras paredes, por lo cual debemos pintarlas de manera constante. Ahora bien, pintar las paredes no es algo tan sencillo como parece, esto tiene un conjunto de técnicas que son las más recomendadas para obtener éxito en el resultado final, en este artículo reunimos algunas de ellas:
La elección de la herramienta es clave
La herramienta que se utilice para pintar la pared, será directamente proporcional a la experiencia que se tenga. Cuando se es un pintor principiante es recomendable utilizar la brocha, ya que te permitirá tener un mayor control de la aplicación de la pintura. Si en cambio tienes un poco más de experiencia, la utilización del rodillo será mejor para ti, esto te permitirá ahorrar pintura y muchísimo tiempo.
Selecciona la pintura adecuada
La escogencia de la pintura deberá adaptarse a tus gustos estéticos y a tu estilo de vida. Por lo general, las más utilizadas son las satinadas, estas tienen la ventaja de ser lavables y otorgan un ligero brillo en la superficie de las paredes que puede ser muy atractivo a la vista. Por otro lado están las mates, mucho más económicas que las satinadas y no tan refinadas, ideales para espacios que no sean muy delicados.
El acondicionamiento de la pared
El éxito en la aplicación de la pintura dependerá en gran medida de la base que se tenga. Una superficie irregular, llena de huecos, protuberancias y filtraciones puede resultar fatal. Por eso, es importante que antes de empezar a aplicar la pintura, te asegures de dejar uniforme la base. Así que, elimina lo que sobresalga con una espátula, tapa los huequitos con masilla y pinta